Los drones al ser unos equipos que vuelan más o menos
autónomos suelen sufrir averías por fallos al interactuar con ellos las
personas o por fallos de diseño. En Don Bosco gracias a los proyectos de
innovación de la FP hemos adquirido 2 drones multirotores. Por asesoramiento de
Fernando Linares de la empresa SQADrones adquirimos uno muy simple. Esta listo
para volar, es robusto por lo que absorbe bien los golpes y responde de una
manera muy fiel al comportamiento de un drone de RC. Es un equipo ideal para
aprender a volar y acostumbrarnos a la emisora sin miedo a romper el drone.
Sabíamos que este tipo de drones están hechos con materiales
de baja calidad y elaborados con una cualificación muy justa de mano de obra.
Pero nos decantamos a favor por una parte por su precio pero sobre por la gran
cantidad de recambios a los que da la opción de acceder.
El primer día de uso a los 10 minutos empezó a dar síntomas
de avería. No se levantaba más que un palmo del suelo y parecía como si le
costase, como si le faltase energía. Al tener solo una batería dimos por
supuesto que era la batería que se había descargado y no le dimos la mayor
importancia. Eso si al ver la falta de baterías compramos otras 2.
A las semanas cuando llegaron las nuevas baterías fuimos a
volar con las 3 baterías al gimnasio de Don Bosco. Cuando poníamos una batería
cargada, en un primer momento despegaba sin mayor problema pero a los 15
segundos volvía a faltarle fuerza y no se levantaba más de un palmo del suelo. Ante
este problema, compramos todos los repuestos del equipo (tardan casi un mes en
llegar los repuestos) para poder ir haciendo pruebas.
Al ser un equipo propietario, no hay disponible mucha
información (esquemas, planos…) así que con solo 10 minutos de vuelo era
complicado saber que podía fallar. Pero por los síntomas parecía que podía ser
problema de la placa controladora, que no era capaz de suministrar la
suficiente energía a los motores. Cambiamos la placa controladora con mucho
cuidado de no provocar otra avería o rotura del chasis, pero el drone volaba
igual, por lo que había que pesar en otra cosa.
Otro punto fuerte de este drone es que aunque te golpee con
las hélices no hace mucho daño. Si la placa controladora no era, deberían de
ser lo motores pero a simple vista todos giraban. Al coger con la mano el drone
e ir girándolo hacia todos los lados enseguida notamos que al girarlo hacia uno
de los lados, la hélice giraba pero no lo hacia con suficiente fuerza por lo
que no era capaz de estabilizarlo.
El cambio de motor es un poco más complicado
que el de la controladora de vuelo, no es complejo pero no es apto para manos
temblorosas. Primero hay que desmontar gran parte del chasis del drone para
poder acceder al motor. Una vez que se ha liberado el motor hay que desoldar
los cables con mucho cuidado ya que son muy frágiles y volver a soldárselos al
motor nuevo. Por último solo queda rehacer los pasos y volver a montar el motor
y el chasis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario